Ryuichi Sakamoto - Bibo No Aozora
Con esto me traigo recuerdos, de memorias que quedaron por escribir en algotra vida ajena, en alguna calle mal pavimentada de frio, madrugada y neblina, quien sabe... Recuerdos inciertos para estar recostado en un sillón azulado, viendo pasar la poesia con los ojos cerrados, tocando cada uno de los millones de colores que suelen reflejarse en los parpados cuando la noche es noche y las madrugadas son evitables, cuando los dias y las tardes van pasando en la mas parsimoniosa calma y solo se ve un pedazo de acuarela incierta por la ventana.
Un instante, tan solo un instante en esta esfera de la mas abstracta realidad de tormentas de fuego rojo... Y que se deshaga el cielo completo en sus lagrimas autocompasivas, que se abra la tierra y se trague al mundo si a la tierra se le da la gana... Cierta musica, cierta poesia, es como ponerle musica de fondo a todo aquello, y simplemente no estar ahi, ajeno al hambre, ajeno al frio, ajeno a lo que sea que esté pasanda mas allá de este lugar imprevisto, lejano de aquel baile superfluo de la sociedad, en la intimidad mas cristalina con los sonidos devoradores que tiñen de narración improvisada las trufas y los pianos disonantes, que saturan de silencio la contaminacion acústica, que pintan de tibias luces incoloras las techumbres blancas y las tibias tablas del suelo lejano, los torreones y las estatuas, las calles curvas que dan vueltas en circulos... Aquel reino de metaforas y absurdo, pleno de asombro y carente de geometria... Donde los arlequines dicen las horas en falso y los carruajes vuelan erraticos a ninguna parte.
3 comentarios
casiopea -
Gracias!
Pancho -
cun -